Hay cosas ridículas que le ocurren al común de las personas, pero hay un tipo de cosas ridículas que solamente pueden pasarme a mi.
Por ejemplo, el otro día mi auto fue vícitma de un ataque de características extrañas. En algún momento, mientras conducía pacíficamente hasta la casa de un amigo, un maldito perro se atravezó en mi camino. Venía saltando desde un bandejón central y alcancé a notar su acelerada presencia, entonces disminuí la velocidad para no atropellarlo. Pero en vez de salir arrancando cuando me tuvo encima, el muy idiota se quedó parado delante de mi con cara de heroinómano. Empecé a avanzar a ver si así se salía del camino, pero nada!, saltaba y ahora le ladraba a la parte delantera del auto. Le hice cambios de luces, bocinazos, y a cada momento el quiltro desgraciado se enfurecía más con mi pobre auto NUEVO, hasta que de pronto se puso derechamente a pelear con el auto, a masticarlo, arañarlo, gruñirle!!. La gente que pasaba por la calle entre que se reía y se preocupaba, entonces apareció otro estúpido perro, que en vez de calmar al amigo angustiado, le empezó a avivar la cueca a ladridos y saltidos insoportables. Nuevamente comencé a avanzar para ver si así el perro de mierda se movía y nada, hasta pensé en un momento que se había quedado enganchado en la rejilla del tapabarro, porque después de un rato ya no lo veía, solo escuchaba sus gruñidos y sentía como rasguñaba al pobre pobre pobrecito autito recién nacido. Y la familia Miranda gozaba con mi hazaña perruna y ningún gil fue capaz de tirarle una piedra o un palo al perro que, a esas alturas, ya se estaba aburriendo de atacarnos y como que se iba, pero volvía, y se iba y no se iba.
En un descuido del perro aproveché para largarme y dejarlo atrás para que atacara a otro automovilista incauto.
Me olvidé del asunto porque me pareció tontamente incontable, además, ¿quién en el mundo podía creer que un coyote salvaje me había atacado?, todo esto hasta que -OH DIOS- se me ocurrió mirar la parte delantera del auto y veo con incredulidad los tremendos hoyos, los colmillotes marcados por todos lados del parachoque, que no eran solo una peladura de pintura, sino unos cráteres imborrables.
Maldición. Ahora el asunto es denunciar el suceso en la comisaría para mandarlo al seguro y que lo cambien. Pero, cómo pongo la constancia? Digo, oiga me atacó un perro cruza de cocodrilo?. Y lo otro, la póliza, cubrirá los eventos animales? o creerán que fue un atentado terrorista?. Mi amigo Rob dice que vaya y demande a la Municipalidad. Pero capaz q ahí vayan a asesinar a los perros vagos y eso me da mucha pena, porque pagarían justos por pecadores y no todos los perros vagos son unos asesinos en serie, es más, la mayoría son amorosos como Benji.
Esta historia continuará.
